Escrito por Cristian Omar López Soto
Introducción.
Esta reflexión tiene como objetivo presentar la concepción de seguridad escolar que plantea el programa escuela segura, esta política en educación fue implantada por el gobierno de Felipe Calderón y tiene como objetivos concisos construir un ambiente escolar libre de todo tipo de violencia, para coadyuvar a un mejor aprovechamiento escolar y una educación de calidad que fomente competencias y habilidades para enfrentar los cambios de la globalización.
En este sentido se cuestionara por los efectos de la concepción de violencia escolar y seguridad escolar que se desprenden del programa escuela segura, en la población de la que es objeto: niños, adolescentes y jóvenes.
El programa escuela segura y su concepción de violencia escolar y seguridad pública.
En el mes de Febrero del 2007 Felipe Calderón Hinojosa, presento en una secundaria pública de Tlaquepaque en el estado de Jalisco, el programa escuela segura, que atacaba tres ejes: a) la violencia, b) delincuencia, c) adicciones.
En sus reglas de operación, el programa escuela segura presenta que el objetivo central de esta política educativa es construir ambientes seguros para que se lleve a cabo un aprovechamiento escolar integral, en donde participan para la gestión y resolución de la violencia, diversos actores como son los padres familia, alumnos, LAS autoridades escolares, autoridades federales y municipales que se coordinen para evitar la introducción de las formas de criminalidad en la vida escolar a nivel básico público, en específico primarias y secundarias del país.
Se intenta fomentar la participación de la comunidad para resolver problemas como la violencia, la delincuencia y adicciones dentro y en el en torno de las escuelas públicas, mediante el diálogo y la negociación.
El objetivo general del programa consiste en mejorar la calidad educativa mediante la generación de ambientes escolares seguros, el objetivo específico de este programa consiste en “potenciar la formación ciudadana que se brinda a los alumnos a través del currículo de educación básica en las asignaturas de Formación Cívica y Ética, Cultura de la Legalidad y otras materias que contemplan aspectos del cuidado de la salud, la prevención del consumo de sustancias adictivas, prevención de la violencia hacia las mujeres”[1], estos objetivos se planean llevar a cabo mediante la instrumentación de acciones para la gestión de la seguridad escolar.
Como por ejemplo coordinación con las autoridades municipales, estatales y federales, se fomenta a su vez la organización de la sociedad civil y la participación de padres, maestros, y alumnos en la prevención del riesgo escolar, con la meta de construir una cultura de la prevención, de la salud y de la no violencia en las comunidades escolares.
La SEP aporta estrategias de capacitación para profesores, personal directivo, y de supervisores en la planeación de la seguridad escolar, se distribuyen diversos materiales educativos sobre temas de seguridad escolar, se promueven jornadas artísticas, científicas y culturales dirigidas a los alumnos, padres de familia, y a la comunidad escolar.
Sin embargo, de acuerdo con Úrsula Zurita Rivera profesora-investigadora del FLACSO, en su artículo “dilemas para la gobernanza frente a la seguridad y la violencia escolar: reflexión de la experiencia mexicana actual”, el programa escuela segura, no sólo se concentra a acciones concernientes a temas educativos y pedagógicos, sino que el supuesto del PES, es que una educación de calidad en los centros escolares, se relaciona con lo que ocurre dentro y fuera de las escuelas, es decir, se aboca a la seguridad pública.
El programa escuela segura forma parte de la estrategia limpiemos México, presentada en el plan nacional de desarrollo (2006-2012), así también forman parte de esta estrategia los programas comunidades seguras, salud sin drogas y el programa de recuperación de espacios públicos, estos tres últimos coordinados por la secretaria de seguridad pública[2].
El programa escuela segura en la mayoría de sus acciones, como por ejemplo la revisión de mochilas a los estudiantes, la instalación de cámaras de seguridad alrededor de los centros escolares, son acciones coordinadas por la SSP, atribuyéndole a la SEP y a las autoridades escolares roles secundarios en la implementación de este programa como son los talleres, pláticas proporcionados a los alumnos sobre violencia, delincuencia y adicciones.
Aunque los objetivos del programa escuela segura, es la construcción de una cultura de la prevención de violencia y adicciones, así como la meta de construir un ambiente de seguridad del entrono escolar, este programa no tiene como eje principal combatir la violencia escolar, como es el bullying, el acoso sexual entre estudiantes, o entre docentes y estudiantes, sino que la preocupación es el combate al incremento de la violencia, relacionada con la delincuencia organizada y el consumo de drogas.
Según la investigadora Úrsula Zurita Rivera “escuela segura pretende solucionar o aminorar los fenómenos asociados a un tipo de violencia social, que si bien puede generar o potenciar la violencia que ocurre en las escuelas, no se restringe a la violencia escolar”[3], entonces violencia como el abuso sexual y emocional entre alumnos, y entre profesores y alumnos, el hostigamiento escolar conocido en la actualidad como el Bullying, no forman parte de los objetivos principales del PES, en cambio el uso de drogas, de armas, y toda violencia vinculada con el crimen organizado y el tráfico de drogas son las formas de criminalidad de las que son objeto este programa.
Aunque a partir del 2008 “el programa escuela segura emprendió un tercer momento, que concluirá en el 2012, cuyo propósito central es la implementación de estrategias de trabajo académico vinculado con las acciones inmediatas y preventivas establecidas por la comunidad de las escuelas públicas”[4], hasta el momento el tipo de acciones y estrategias llevadas a cabo son de control y vigilancia por parte de las autoridades de seguridad pública, como de las autoridades escolares hacia los alumnos articuladas estas estrategias con mecanismos restrictivos y de disciplina, como es la revisión de mochilas, la instalación de cámaras de seguridad en los alrededores de los centros educativos, revisión de la apariencia de los alumnos, ya sea en su vestimenta, peinados, utensilios usados por parte de los alumnos en su cuerpo, en su ropa, en sus mochilas.
El programa de escuela segura tiene su origen en la política de seguridad del gobierno federal, implementada tal estrategia de seguridad desde el 2007, el control en la coordinación de todas las acciones, son llevadas a cabo por la secretaria de seguridad pública, “la asignación de financiamiento, la especificación de los municipios donde puede operar y se actualiza conforme a todas aquellas acciones que se construyen al respecto”[5], están a cargo de la SSP.
Por lo tanto el programa escuela segura no esta encaminado a un replanteamiento de los contenidos y metodologías educativas ni pedagógicas, sino que su objetivo es el combate a la violencia escolar entendida esta como la violencia vinculada a las expresiones de criminalidad de las organizaciones criminales del país: narcotráfico.
La concepción que este programa presenta de la seguridad escolar, es una identificación entre seguridad escolar y seguridad pública[6], todo tipo de violencia dentro y fuera de la escuela, es objeto de la seguridad pública, la violencia escolar es combatida mediante medidas restrictivas y de control hacia los alumnos, dejando de lado el fortalecimiento de los contenidos temáticos de la educación pública a nivel básico que coadyuven al combate de todo tipo de violencia, es decir, la seguridad que debe coexistir en todo proceso de enseñanza-aprendizaje de la educación, que desarrolle competencias y habilidades para adaptarse al mercado de trabajo en el contexto de la globalización, es reducida a seguridad controlada con mecanismos de vigilancia y control de los cuerpos y de las conductas.
En síntesis de acuerdo con el programa segura la violencia escolar es concebida como una forma de violencia derivada de las expresiones de criminalidad de las organizaciones delictivas, en este sentido los estudiantes son el objeto prioritario y principal de estas organizaciones para cooptarlos en sus redes tanto organizacionales y operacionales, así como inducirlos al consumo de drogas y sustancias nocivas para la salud, por lo cual toda violencia escolar comprendida esta como violencia derivada de las adicciones, delincuencia es objeto de la política de seguridad pública, sin embargo se minimiza la violencia emocional y psicológica, como es el Bullying y el acoso sexual.
Esto puede llevar a la criminalización y estigmatización de la condición de jóvenes de los estudiantes de escuelas públicas a nivel básico.
La criminalización de la juventud y el programa escuela segura.
Es innegable que todo Estado-nación tiene como misión prioritaria la construcción del bienestar social para toda la comunidad de una nación determinada, así mismo es vital el combate por parte del gobierno, de toda expresión de crimen y delincuencia, que no socave la condición de legalidad de los regímenes políticos, y aunque todo modelo de política pública y social conlleve una racionalización, es decir, todo modelo de política implica criterios de eficacia, eficiencia en su diseño institucional e implementación de tales política, también es necesario comprender que no todo modelo de política pública es eficaz ni eficiente al ser aplicado a una realidad históricamente determinada.
Esta condición de incertidumbre de los modelos de política pública, se hace evidente en la experiencia mexicana del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, el cual ante la atmosfera de ilegitimidad con la cual ascendió al poder público del Estado mexicano, tras las muy cuestionadas elecciones presidenciales del 2006, implementó una estrategia de combate al narcotráfico, al flujo de drogas y armas por todo el país, enfocando esta estrategia en el uso de las fuerzas castrenses, la prevención de la violencia y las adicciones aunado al uso del monopolio de la violencia legitima rasgo privativo de todo Estado nacional.
Sin embargo, esta estrategia de política publica de seguridad, paradójicamente trajo consigo un aumento en los índices de violencia y muertes, y contradictoriamente el tráfico de drogas ni de armas no ha tenido una disminución importante en todo el país, por lo cual la racionalización de este modelo de política ha sido puesto en duda, por especialistas, lideres de organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía.
En este contexto sociopolítico, el programa escuela segura fue diseñada y puesto en práctica con el objetivo de reducir los niveles de violencia escolar, sin embargo los índices de violencia escolar y el uso de drogas y sustancias nocivas para la salud, han tenido una disminución muy baja, además el uso de medidas de control y vigilancia de las conductas y formas de ser y de pensar, estan llevando a que uno de los efectos de esta política pública lleven a criminalizar la condición de ser jóvenes de los estudiantes de educación pública, así como a criminalizar la condición de ser pobre, ya que este programa fue diseñado para ser ejecutado en las zonas más marginales y conflictivas del país.
Es decir, existe implícitamente, la representación social de que estar en una situación de pobreza conlleva a participar en las expresiones de la delincuencia común y del crimen organizado, así como a ser envuelto en las redes de consumo y adicción de las drogas, por lo cual el PES se focaliza en las zonas de mayor índices de criminalidad del país que paradójicamente son las zonas más pobres del país, así que pareciera estar presente la relación entre pobreza, delincuencia y adiciones, o mejor dicho toda situación de pobreza implica una probabilidad de participar en el crimen común así como en el crimen organizado.
Lo cual nos lleva a pensar en como la prioridad del PES, de poner en marcha mecanismos restrictivos, de control y vigilancia de la conducta de los estudiantes, como son los “operativos mochila segura”, la instalación de cámaras de seguridad en los alrededores de las escuelas, el uso de credenciales e identificaciones por parte de los estudiantes para poder acceder a las escuelas públicas, la estigmatización de la que forman parte por el uso de diversas insignias, utensilios, marcas en el cuerpo y en su ropa, por parte de la autoridad escolar que sanciona esta gama simbólica de insignias y marcas identitarias.
En este sentido, el diseño del programa escuela segura por parte del gobierno aunque tiene como objetivo principal la construcción de un contexto escolar seguro, que fomente el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes para que estos desarrollen competencias y habilidades para enfrentar el ambivalente mercado de trabajo en el contexto de la globalización, tratando de construir un ambiente integral en el cual el derecho a la educación se desarrolle integralmente, menosprecia otro tipo de derechos que estos niños, adolescentes y jóvenes tienen: como es el derecho a la identidad.
Ahora bien, puesto que la identidad no sólo es una condición ontológica de los sujetos sociales, sino que es a su vez un derecho que se materializa en el marco del mundo de la vida cotidiana, y en un allí y en una ahora, en un tiempo y espacio simultáneo, los sujetos sea adscriben a formas simbólicas, sistemas de valores y creencias, cosmovisiones que delinean fronteras simbólicas de sus mundos de vida, que les permiten a las personas diferenciarse/identificarse del otro, construir sentido y significado a las expresiones y horizonte de la acción social y del mundo.
Entonces todo este proceso intersubjetivo de construcción identitaria de las personas, sustentada en relaciones sociales históricamente determinadas, es a su vez un derecho social que tendría que ser estimulado y protegido por los marcosjurídicos- legales y por el poder público.
En el caso del programa escuela segura, este derecho esta siendo minado, al criminalizar la condición de ser joven, ya que estos mecanismos restrictivos de vigilancia y control de los cuerpos y las conductas de los estudiantes, lleva implícito la imagen de que el objeto al combate de la violencia escolar, y la construcción de un ambiente escolar seguro, pasa por controlar y mediatizar la conducta de los estudiantes, concibiendo a estos como objeto principal de las redes del crimen común y organizado, construyéndose la imagen de que ser joven implica necesariamente tener la probabilidad de participar en las redes delictivas, por lo tanto se está identificando ser joven, con ser un futuro criminal, así como ser pobre con ser un posible criminal en el horizonte futuro, dañando el desarrollo de las identidades y las adscripciones simbólicas de las que tienen derecho los estudiantes de las escuelas pública a nivel básico, como actores que coexisten e interactúan en contextos espaciales y temporales históricamente determinados.
Bibliografía.
Úrsula Zurita Rivera. Dilemas para la gobernanza frente a la seguridad y la violencia escolar: reflexión de la experiencia mexicana actual. Revista perspectivas en políticas públicas. Belo Horizonte. Vol.III. Nº 51. Junio de 2010
Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, Secretaría de Educación Pública. (2010b). Acuerdo Secretarial número 557 por el que se emiten las Reglas de Operación del Programa Escuela Segura
Notas al pie de página
[1] Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, Secretaría de Educación Pública. (2010b). Acuerdo Secretarial número 557 por el que se emiten las Reglas de Operación del Programa Escuela Segura.
[2] Úrsula Zurita Rivera. dilemas para la gobernanza frente a la seguridad y la violencia escolar: reflexión de la experiencia mexicana actual. Revista perspectivas en políticas públicas. Belo Horizonte. Vol.III. Nº 51. Junio de 2010
[3] Ibídem. Página 101-102
[4] Ibídem. Página 104-105
[5] Ibídem. Página 118
[6] Úrsula Zurita Rivera. dilemas para la gobernanza frente a la seguridad y la violencia escolar: reflexión de la experiencia mexicana actual. Revista perspectivas en políticas públicas. Belo Horizonte. Vol.III. Nº 51. Junio de 2010
[1] Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, Secretaría de Educación Pública. (2010b). Acuerdo Secretarial número 557 por el que se emiten las Reglas de Operación del Programa Escuela Segura.
[2] Úrsula Zurita Rivera. dilemas para la gobernanza frente a la seguridad y la violencia escolar: reflexión de la experiencia mexicana actual. Revista perspectivas en políticas públicas. Belo Horizonte. Vol.III. Nº 51. Junio de 2010
[3] Ibídem. Página 101-102
[4] Ibídem. Página 104-105
[5] Ibídem. Página 118
[6] Úrsula Zurita Rivera. dilemas para la gobernanza frente a la seguridad y la violencia escolar: reflexión de la experiencia mexicana actual. Revista perspectivas en políticas públicas. Belo Horizonte. Vol.III. Nº 51. Junio de 2010
Interesante. Me gusta la idea de del derecho a un proceso de construcción identitario libre de estigmatización (si es que entendí bien). La redacción puede afinarse un poco, pero es un buen análisis.. felicidades!
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