CIUDAD DE MÉXICO (31/OCT/2011).- La calidad sigue siendo un asunto pendiente, de “rezago”, entre las 25 mil alternativas de estudio de nivel superior de carácter privado que se ofrecen en México. En los últimos tres años la Secretaría de Educación Pública (SEP) canceló poco más de 800 opciones de licenciatura, especialización, maestría y doctorado que ofrecían universidades privadas, de “baja calidad” o que de forma común se denominan “patito o de garaje”, además negó la apertura de otras más de dos mil 500 alternativas que pretendían abrir las escuelas particulares.Al hacer un balance sobre “La calidad de los programas en las instituciones particulares”, el subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán Gutiérrez, asegura que dos de cada tres programas que se imparten en esos planteles “no cuentan con prácticas de aseguramiento de calidad”.Califica a éste como un “tema sumamente preocupante” y explica que en lo que va de la administración del Presidente Felipe Calderón, las universidades del sector privado vieron “limitado” el acceso de los jóvenes a sus planteles debido a “los vaivenes en la economía y las crisis económicas”. El impacto fue, sobretodo, en las universidades de prestigio, que “son las más caras”, por el monto de sus colegiaturas.Refiere que en los últimos cuatro años, 73% de los nuevos espacios que se generaron en la educación superior lo hicieron las universidades públicas, por lo que advierte que de ese tamaño es el “flujo importante de estudiantes hacia las instituciones públicas”.De los 25 mil programas educativos que tiene un Reconocimiento de Validez Oficial (RVOE) que otorgaron el Gobierno federal o los estatales, 13 mil han sido otorgados por la SEP.Significa que las autoridades verificaron tres reglones en particular: otorgaron el reconocimiento a las instituciones que comprobaron que tienen “buenos profesores”; el segundo, que cumplieron con tener adecuadas instalaciones; y tercero, que los programas de estudio son “suficientes y de buena calidad”.En los últimos cuatro años, la SEP inspeccionó 22 mil programas, “casi dos veces” lo autorizado por la dependencia y “ha sancionado a más de tres mil y le ha retirado el reconocimiento a más de 800 programas”.Aún a pesar de las supervisiones, afirma: “Se requiere trabajar arduamente para construir un sistema de educación superior de calidad que nos permita formar profesionistas competentes, con capacidades y destrezas suficientes para adaptarse a un mundo en constate y rápida transformación”.Para hacer que un sistema de evaluación, acreditación, certificación y fortalecimiento de los mecanismos regulatorios funcione, dice que es prioritario “reducir los costos de transacción, alinear y armonizar funciones, propósitos y marcos de referencia de los organismos responsables de la evaluación y crear instrumentos nuevos y sólidos”.
Fuente: Informador.com.mx
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