domingo, 4 de diciembre de 2011

México, Último Lugar en Educación Según la OCDE.

Fuente: Córdoba en la red.

México, ocupa el último lugar de los 34 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en materia de aprovechamiento educativo, "Es una pena, estamos mal" reconoció el Senador de la República Juan Bueno Torio .
Es por eso que este año no se espera un buen resultado de la aplicación de la Prueba Enlace 2011, porque han sido al menos 40 años de atraso, tiempo en el que el gobierno y las secciones de maestros, han dejado muchas cosas por hacer y han dejado en el vacío la preparación de la juventud.
Juan Bueno Torio reiteró que México vive una descomposición educativa que proviene desde 1970 "No estamos avanzando al ritmo que lo requiere la modernidad mundial, la demanda internacional de preparación de gente y nunca vamos a ser un país exitoso si seguimos egresando de las universidades generaciones mediocres"
Y es que de acuerdo a lo expresado por Juan Bueno Torio las pruebas que se aplican en el país como la pasada Enlace, la Pisa y Excale, han dejado en claro que los jóvenes no estudian, tienen problemas para el aprendizaje y no es que no tengan la capacidad sino que el modelo educativo nacional es obsoleto, muchos de los maestros se preocupan más por marchas, plantones y aumentos de salario que por llegar a la excelencia educativa.
Sin embargo Juan Bueno aclaró, que en otros casos, es la falta de equipamiento, aulas, mobiliario, acceso a internet, el no contar con herramientas indispensables en las poco más de 224 mil escuelas que hay en el país lo que significa no poder avanzar y es por eso, que desde el Congreso de la Unión buscarán etiquetar más recursos para este rubro. 

Presupuesto otorgado al rublo de educación pública del año 2011.

Se otorgo a la Educación Pública, un presupuesto de 230 mil 583 millones de pesos, que representa un incremento del 5% respecto al año anterior, ya que continuará impulsando el programa "Escuelas de Calidad" con un aumento del 25.0% con respecto al monto asignado en 2010, a la par del Programa de Escuelas de Tiempo Completo, que recibio un gran apoyo de recursos en 2011, al triplicarse su asignación presupuestaria con respecto a los recursos aprobados en 2010, con un monto de 1 mil 602 millones de pesos.

Fuente: Secretaria de Hacienda  y Crédito Público.
La construcción de una política social en educación como instrumento de combate a la violencia escolar: el caso del programa escuela segura y la criminalización de los jóvenes en el contexto de la estrategia contra el narcotráfico, del presidente Felipe Calderón Hinojosa.

Escrito por Cristian Omar López Soto

Introducción.


Esta reflexión tiene como objetivo presentar la concepción de seguridad escolar que plantea el programa escuela segura, esta política en educación fue implantada por el gobierno de Felipe Calderón y tiene como objetivos concisos construir un ambiente escolar libre de todo tipo de violencia, para coadyuvar a un mejor aprovechamiento escolar y una educación de calidad que fomente competencias y habilidades para enfrentar los cambios de la globalización.
En este sentido se cuestionara por los efectos de la concepción de violencia escolar y seguridad escolar que se desprenden del programa escuela segura, en la población de la que es objeto: niños, adolescentes y jóvenes.

El programa escuela segura y su concepción de violencia escolar y seguridad pública.

En el mes de Febrero del 2007 Felipe Calderón Hinojosa, presento en una secundaria pública de Tlaquepaque en el estado de Jalisco, el programa escuela segura, que atacaba tres ejes: a) la violencia, b) delincuencia, c) adicciones.


En sus reglas de operación, el programa escuela segura presenta que el objetivo central de esta política educativa es construir ambientes seguros para que se lleve a cabo un aprovechamiento escolar integral, en donde participan para la gestión y resolución de la violencia, diversos actores como son los padres familia, alumnos, LAS autoridades escolares, autoridades federales y municipales que se coordinen para evitar la introducción de las formas de criminalidad en la vida escolar a nivel básico público, en específico primarias y secundarias del país.


Se intenta fomentar la participación de la comunidad para resolver problemas como la violencia, la delincuencia y adicciones dentro y en el en torno de las escuelas públicas, mediante el diálogo y la negociación.


El objetivo general del programa consiste en mejorar la calidad educativa mediante la generación de ambientes escolares seguros, el objetivo específico de este programa consiste en “potenciar la formación ciudadana que se brinda a los alumnos a través del currículo de educación básica en las asignaturas de Formación Cívica y Ética, Cultura de la Legalidad y otras materias que contemplan aspectos del cuidado de la salud, la prevención del consumo de sustancias adictivas, prevención de la violencia hacia las mujeres”[1], estos objetivos se planean llevar a cabo mediante la instrumentación de acciones para la gestión de la seguridad escolar.


Como por ejemplo coordinación con las autoridades municipales, estatales y federales, se fomenta a su vez la organización de la sociedad civil y la participación de padres, maestros, y alumnos en la prevención del riesgo escolar, con la meta de construir una cultura de la prevención, de la salud y de la no violencia en las comunidades escolares.


La SEP aporta estrategias de capacitación para profesores, personal directivo, y de supervisores en la planeación de la seguridad escolar, se distribuyen diversos materiales educativos sobre temas de seguridad escolar, se promueven jornadas artísticas, científicas y culturales dirigidas a los alumnos, padres de familia, y a la comunidad escolar.


Sin embargo, de acuerdo con Úrsula Zurita Rivera profesora-investigadora del FLACSO, en su artículo “dilemas para la gobernanza frente a la seguridad y la violencia escolar: reflexión de la experiencia mexicana actual”, el programa escuela segura, no sólo se concentra a acciones concernientes a temas educativos y pedagógicos, sino que el supuesto del PES, es que una educación de calidad en los centros escolares, se relaciona con lo que ocurre dentro y fuera de las escuelas, es decir, se aboca a la seguridad pública.


El programa escuela segura forma parte de la estrategia limpiemos México, presentada en el plan nacional de desarrollo (2006-2012), así también forman parte de esta estrategia los programas comunidades seguras, salud sin drogas y el programa de recuperación de espacios públicos, estos tres últimos coordinados por la secretaria de seguridad pública[2].


El programa escuela segura en la mayoría de sus acciones, como por ejemplo la revisión de mochilas a los estudiantes, la instalación de cámaras de seguridad alrededor de los centros escolares, son acciones coordinadas por la SSP, atribuyéndole a la SEP y a las autoridades escolares roles secundarios en la implementación de este programa como son los talleres, pláticas proporcionados a los alumnos sobre violencia, delincuencia y adicciones.


Aunque los objetivos del programa escuela segura, es la construcción de una cultura de la prevención de violencia y adicciones, así como la meta de construir un ambiente de seguridad del entrono escolar, este programa no tiene como eje principal combatir la violencia escolar, como es el bullying, el acoso sexual entre estudiantes, o entre docentes y estudiantes, sino que la preocupación es el combate al incremento de la violencia, relacionada con la delincuencia organizada y el consumo de drogas.


Según la investigadora Úrsula Zurita Rivera “escuela segura pretende solucionar o aminorar los fenómenos asociados a un tipo de violencia social, que si bien puede generar o potenciar la violencia que ocurre en las escuelas, no se restringe a la violencia escolar”[3], entonces violencia como el abuso sexual y emocional entre alumnos, y entre profesores y alumnos, el hostigamiento escolar conocido en la actualidad como el Bullying, no forman parte de los objetivos principales del PES, en cambio el uso de drogas, de armas, y toda violencia vinculada con el crimen organizado y el tráfico de drogas son las formas de criminalidad de las que son objeto este programa.


Aunque a partir del 2008 “el programa escuela segura emprendió un tercer momento, que concluirá en el 2012, cuyo propósito central es la implementación de estrategias de trabajo académico vinculado con las acciones inmediatas y preventivas establecidas por la comunidad de las escuelas públicas”[4], hasta el momento el tipo de acciones y estrategias llevadas a cabo son de control y vigilancia por parte de las autoridades de seguridad pública, como de las autoridades escolares hacia los alumnos articuladas estas estrategias con mecanismos restrictivos y de disciplina, como es la revisión de mochilas, la instalación de cámaras de seguridad en los alrededores de los centros educativos, revisión de la apariencia de los alumnos, ya sea en su vestimenta, peinados, utensilios usados por parte de los alumnos en su cuerpo, en su ropa, en sus mochilas.


El programa de escuela segura tiene su origen en la política de seguridad del gobierno federal, implementada tal estrategia de seguridad desde el 2007, el control en la coordinación de todas las acciones, son llevadas a cabo por la secretaria de seguridad pública, “la asignación de financiamiento, la especificación de los municipios donde puede operar y se actualiza conforme a todas aquellas acciones que se construyen al respecto”[5], están a cargo de la SSP.


Por lo tanto el programa escuela segura no esta encaminado a un replanteamiento de los contenidos y metodologías educativas ni pedagógicas, sino que su objetivo es el combate a la violencia escolar entendida esta como la violencia vinculada a las expresiones de criminalidad de las organizaciones criminales del país: narcotráfico.


La concepción que este programa presenta de la seguridad escolar, es una identificación entre seguridad escolar y seguridad pública[6], todo tipo de violencia dentro y fuera de la escuela, es objeto de la seguridad pública, la violencia escolar es combatida mediante medidas restrictivas y de control hacia los alumnos, dejando de lado el fortalecimiento de los contenidos temáticos de la educación pública a nivel básico que coadyuven al combate de todo tipo de violencia, es decir, la seguridad que debe coexistir en todo proceso de enseñanza-aprendizaje de la educación, que desarrolle competencias y habilidades para adaptarse al mercado de trabajo en el contexto de la globalización, es reducida a seguridad controlada con mecanismos de vigilancia y control de los cuerpos y de las conductas.


En síntesis de acuerdo con el programa segura la violencia escolar es concebida como una forma de violencia derivada de las expresiones de criminalidad de las organizaciones delictivas, en este sentido los estudiantes son el objeto prioritario y principal de estas organizaciones para cooptarlos en sus redes tanto organizacionales y operacionales, así como inducirlos al consumo de drogas y sustancias nocivas para la salud, por lo cual toda violencia escolar comprendida esta como violencia derivada de las adicciones, delincuencia es objeto de la política de seguridad pública, sin embargo se minimiza la violencia emocional y psicológica, como es el Bullying y el acoso sexual.


Esto puede llevar a la criminalización y estigmatización de la condición de jóvenes de los estudiantes de escuelas públicas a nivel básico.

La criminalización de la juventud y el programa escuela segura.

Es innegable que todo Estado-nación tiene como misión prioritaria la construcción del bienestar social para toda la comunidad de una nación determinada, así mismo es vital el combate por parte del gobierno, de toda expresión de crimen y delincuencia, que no socave la condición de legalidad de los regímenes políticos, y aunque todo modelo de política pública y social conlleve una racionalización, es decir, todo modelo de política implica criterios de eficacia, eficiencia en su diseño institucional e implementación de tales política, también es necesario comprender que no todo modelo de política pública es eficaz ni eficiente al ser aplicado a una realidad históricamente determinada.


Esta condición de incertidumbre de los modelos de política pública, se hace evidente en la experiencia mexicana del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, el cual ante la atmosfera de ilegitimidad con la cual ascendió al poder público del Estado mexicano, tras las muy cuestionadas elecciones presidenciales del 2006, implementó una estrategia de combate al narcotráfico, al flujo de drogas y armas por todo el país, enfocando esta estrategia en el uso de las fuerzas castrenses, la prevención de la violencia y las adicciones aunado al uso del monopolio de la violencia legitima rasgo privativo de todo Estado nacional.


Sin embargo, esta estrategia de política publica de seguridad, paradójicamente trajo consigo un aumento en los índices de violencia y muertes, y contradictoriamente el tráfico de drogas ni de armas no ha tenido una disminución importante en todo el país, por lo cual la racionalización de este modelo de política ha sido puesto en duda, por especialistas, lideres de organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía.


En este contexto sociopolítico, el programa escuela segura fue diseñada y puesto en práctica con el objetivo de reducir los niveles de violencia escolar, sin embargo los índices de violencia escolar y el uso de drogas y sustancias nocivas para la salud, han tenido una disminución muy baja, además el uso de medidas de control y vigilancia de las conductas y formas de ser y de pensar, estan llevando a que uno de los efectos de esta política pública lleven a criminalizar la condición de ser jóvenes de los estudiantes de educación pública, así como a criminalizar la condición de ser pobre, ya que este programa fue diseñado para ser ejecutado en las zonas más marginales y conflictivas del país.


Es decir, existe implícitamente, la representación social de que estar en una situación de pobreza conlleva a participar en las expresiones de la delincuencia común y del crimen organizado, así como a ser envuelto en las redes de consumo y adicción de las drogas, por lo cual el PES se focaliza en las zonas de mayor índices de criminalidad del país que paradójicamente son las zonas más pobres del país, así que pareciera estar presente la relación entre pobreza, delincuencia y adiciones, o mejor dicho toda situación de pobreza implica una probabilidad de participar en el crimen común así como en el crimen organizado.


Lo cual nos lleva a pensar en como la prioridad del PES, de poner en marcha mecanismos restrictivos, de control y vigilancia de la conducta de los estudiantes, como son los “operativos mochila segura”, la instalación de cámaras de seguridad en los alrededores de las escuelas, el uso de credenciales e identificaciones por parte de los estudiantes para poder acceder a las escuelas públicas, la estigmatización de la que forman parte por el uso de diversas insignias, utensilios, marcas en el cuerpo y en su ropa, por parte de la autoridad escolar que sanciona esta gama simbólica de insignias y marcas identitarias.


En este sentido, el diseño del programa escuela segura por parte del gobierno aunque tiene como objetivo principal la construcción de un contexto escolar seguro, que fomente el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes para que estos desarrollen competencias y habilidades para enfrentar el ambivalente mercado de trabajo en el contexto de la globalización, tratando de construir un ambiente integral en el cual el derecho a la educación se desarrolle integralmente, menosprecia otro tipo de derechos que estos niños, adolescentes y jóvenes tienen: como es el derecho a la identidad.


Ahora bien, puesto que la identidad no sólo es una condición ontológica de los sujetos sociales, sino que es a su vez un derecho que se materializa en el marco del mundo de la vida cotidiana, y en un allí y en una ahora, en un tiempo y espacio simultáneo, los sujetos sea adscriben a formas simbólicas, sistemas de valores y creencias, cosmovisiones que delinean fronteras simbólicas de sus mundos de vida, que les permiten a las personas diferenciarse/identificarse del otro, construir sentido y significado a las expresiones y horizonte de la acción social y del mundo.


Entonces todo este proceso intersubjetivo de construcción identitaria de las personas, sustentada en relaciones sociales históricamente determinadas, es a su vez un derecho social que tendría que ser estimulado y protegido por los marcosjurídicos- legales y por el poder público.


En el caso del programa escuela segura, este derecho esta siendo minado, al criminalizar la condición de ser joven, ya que estos mecanismos restrictivos de vigilancia y control de los cuerpos y las conductas de los estudiantes, lleva implícito la imagen de que el objeto al combate de la violencia escolar, y la construcción de un ambiente escolar seguro, pasa por controlar y mediatizar la conducta de los estudiantes, concibiendo a estos como objeto principal de las redes del crimen común y organizado, construyéndose la imagen de que ser joven implica necesariamente tener la probabilidad de participar en las redes delictivas, por lo tanto se está identificando ser joven, con ser un futuro criminal, así como ser pobre con ser un posible criminal en el horizonte futuro, dañando el desarrollo de las identidades y las adscripciones simbólicas de las que tienen derecho los estudiantes de las escuelas pública a nivel básico, como actores que coexisten e interactúan en contextos espaciales y temporales históricamente determinados.

Bibliografía.


Úrsula Zurita Rivera. Dilemas para la gobernanza frente a la seguridad y la violencia escolar: reflexión de la experiencia mexicana actual. Revista perspectivas en políticas públicas. Belo Horizonte. Vol.III. Nº 51. Junio de 2010
Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, Secretaría de Educación Pública. (2010b). Acuerdo Secretarial número 557 por el que se emiten las Reglas de Operación del Programa Escuela Segura


Notas al pie de página

[1] Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, Secretaría de Educación Pública. (2010b). Acuerdo Secretarial número 557 por el que se emiten las Reglas de Operación del Programa Escuela Segura.
[2] Úrsula Zurita Rivera. dilemas para la gobernanza frente a la seguridad y la violencia escolar: reflexión de la experiencia mexicana actual. Revista perspectivas en políticas públicas. Belo Horizonte. Vol.III. Nº 51. Junio de 2010
[3] Ibídem. Página 101-102
[4] Ibídem. Página 104-105
[5] Ibídem. Página 118
[6] Úrsula Zurita Rivera. dilemas para la gobernanza frente a la seguridad y la violencia escolar: reflexión de la experiencia mexicana actual. Revista perspectivas en políticas públicas. Belo Horizonte. Vol.III. Nº 51. Junio de 2010
El programa nacional de escuela segura del gobierno federal: el caso de una política social en educación como un problema retorcido.

Escrito por López Soto Cristian Omar

Introducción


La implementación de proyectos educativos en una país es un ámbito vital para el desarrollo económico, político y social de un Estado-nación, puesto que la educación instaura un conjunto de prácticas y consolida un acervo de representaciones y saberes del mundo, de la sociedad y la cultura de un periodo histórico determinado que los sujetos sedimentan y convierten en significativas en el fluir constante de sus interacciones en el mundo de la vida cotidiana.
Los modos de enseñanza, las formas de aprendizaje de los alumnos tendrían que formar parte del conjunto de acciones públicas de los Estados-nación en el tema de la educación, porque es de vital importancia que las políticas sociales en educación en su diseño institucional y sus mecanismos de ejecución tomen en cuenta el proceso de educación y su concomitancia con el proceso de aprendizaje/enseñanza.


La política educativa es una acción política instrumentada desde el gobierno para resolver problemas de desigualdad, exclusión, cobertura y calidad en la educación, con el objetivo de mejorar las condiciones de la educación en sectores sociales desfavorecidos en este sentido estas políticas sirven para la planeación y operacionalización de programas de intervención, los cuales deben tomar en cuenta, el entorno y el contexto social en el que se instaura un proyecto educativo, en este sentido en su agenda de gobierno las estructuras de poder legitimados tendrían que contemplar los factores que conllevan a una deficiencia en el proceso educativo.


En el sexenio de Felipe Calderón, el tema de la seguridad nacional ha sido un tópico que se ha convertido en eje de las políticas públicas desde el año del 2007, y la educación no es su excepción, con la implementación de el programa nacional de escuela segura se vislumbra como el tema de la seguridad pública se ha desplazado a sectores que en los anteriores sexenios, tuvo poco importancia, es decir, el tema de la violencia escolar se ha convertido en un tema trascendente en la agenda pública del gobierno.


Este análisis tiene como objetivo, la evaluación del programa nacional de escuela segura, abordándolo desde una óptica científica, considerando este programa educativo como un problema retorcido, para realizar tal evaluación, esta reflexión se divide en tres apartados interconectados: en el primero se describirá en términos generales el programa nacional de escuela segura, en el segundo se expondrá la propuesta de considerar a la planeación pública como un problema retorcido, y en tercer apartado se señalará el porque se considera a la escuela segura como un problema retorcido.

Las reglas de operación del programa nacional escuela segura: su ejecución en México bajo el sexenio del presidente Felipe Calderón Hinojosa.

En el mes de Febrero del 2007 Felipe Calderón Hinojosa, presentó en una secundaria pública de Tlaquepaque en el estado de Jalisco, el programa escuela segura, que atacaba tres ejes: a) la violencia, b) delincuencia, c) adicciones.


EL programa se implementó en tres periodos: la primer fase consistió en implementación y evaluación del programa que abarco de febrero a junio de 2007, se ejecuto en 11 municipios considerados como zonas criticas de generalización de delincuencia, en 923 primarias y 253 secundaria fue implementado este programa.


La segunda fase se conoció como la fase de ampliación de cobertura según la SEP,que abarco del año 2007 a 2008, en 45 municipios considerados como zonas críticas de delincuencia, se instauro el programa en 6090 primarias y 1547 secundarias.


La ultima fase se conocida como fase de generalización y medición de impacto del periodo que comprende el periodo 2008-2012, implementándose el programa en escuelas de zonas criticas de todo el país[1]


En sus reglas de operación, el programa escuela segura presenta que el objetivo central de esta política educativa es construir ambientes seguros para que se lleve a cabo un aprovechamiento escolar integral, en donde participan para la gestión y resolución de la violencia, diversos actores como son los padres familia, alumnos, autoridades escolares , autoridades federales y municipales los cuales se tienen que coordinar para evitar la introducción de las formas de criminalidad en la vida escolar a nivel básico público, en específico primaria y secundaria.


El programa de escuela segura, “apunta al fortalecimiento de estrategias y acciones que impulsen una cultura de la prevención del riesgo escolar sustentada en el desarrollo de competencias ciudadanas en los alumnos y en la construcción de ambientes democráticos en las escuelas públicas a través del currículo escolar, la gestión escolar y la participación social”[2], se intenta fomentar la participación de la comunidad para resolver problemas como la violencia, la delincuencia y adicciones dentro y en el entorno de las escuelas públicas, mediante el diálogo y la negociación.


El objetivo general del programa consiste en mejorar la calidad educativa mediante la generación de ambientes escolares seguros, el objetivo especifico consiste en “potenciar la formación ciudadana que se brinda a los alumnos a través del currículo de educación básica en las asignaturas de Formación Cívica y Ética, Cultura de la Legalidad y otras materias que contemplan aspectos del cuidado de la salud, la prevención del consumo de sustancias adictivas, prevención de la violencia hacia las mujeres”[3], estos objetivos se planean llevar a cabo mediante la instrumentación de acciones para la gestión de la seguridad escolar.


Como por ejemplo coordinación con las autoridades municipales, estatales y federales, además se fomenta la organización de la sociedad civil y la participación de padres, maestros, y alumnos en la prevención del riesgo escolar, construir la cultura de la prevención, de la salud y la no violencia en las comunidades escolares.


La cobertura del programa es de carácter nacional, pero se concentra exclusivamente en escuelas públicas de educación básica que se ubiquen en zonas de altos índices de criminalidad, que estén interesadas en promover medidas de seguridad preventivas y estrategias para el control de la violencia escolar.


Los derechos con los que cuenta las escuelas participantes son un apoyo económico determinado por la SEP, estrategias de capacitación para profesores, personal directivo, y supervisores en la planeación de la seguridad escolar, se distribuyen diversos materiales educativos sobre temas de seguridad escolar, se promueven jornadas artísticas, científicas y culturales dirigidas a los alumnos, padres de familia, y la comunidad escolar.


Se orienta en el diseño de mecanismos parra realizar e implementar autoevaluaciones en las escuelas respecto a la seguridad escolar.


Un eje importante de este programa es el diseño de materiales de apoyo en los planteles educativos, actualización de contenidos curriculares de las asignaturas de educación cívica y ética, la inclusión en los libros de texto de primaria y de secundaria temas sobre la violencia, delincuencia y adicciones.


Uno de los ejes de operación es la formación de consejos escolares de participación social, que tienen como funciones reducir las condiciones adversas que influyen en la educación.
Ahora bien, pondré a consideración la propuesta de concebir los problemas públicos como problemas retorcidos.

Los dilemas de una teoría general de la planeación: problemas públicos como problemas retorcidos.


De acuerdo con la propuesta de Horst W.J. Rittel Y Melvin Webber, en su reflexión titulada “dilemas de una teoría general de planeación”, estos autores nos plantean que la labor de los profesionales en la elaboración de planificaciones de carácter público y los modos de intervención, presenta una debilidad en cuanto a la formulación y definición de los problemas públicos.


Los procesos sociales se han convertido en sistemas abiertos e interdependientes en los cuales los productos y elementos de un proceso se transforman en los productos y elementos de otros procesos, ante esta “armazón estructural”, se hace menos evidente la identificación del centro de los problemas, lo cual vuelve difícil saber cuando y donde intervenir, lo cual complejiza la labor de los planificadores de políticas públicas.


En la definición y la ubicación de los problemas, es necesario concebir la diferencia entre una condición observada de una condición deseada, ello implica encontrar los vínculos y redes causales para encontrar el núcleo principal en el cual radica un problema. Por lo tanto en la labor de los planificadores existe una dificultad para encontrar e identificar las acciones que pudieran ser efectivas para acortar las distancias entre lo que es de lo que debería ser.


Para estos autores mencionados, estos problemas de planeación son problemas retorcidos, porque “los problemas de la planeación gubernamental, especialmente los que tienen que ver con la planeación social de la políticas son de suyo mal definido y su resolución descansan en juicios políticos elusivos”[4], en el entendido que plantear un problema es plantear a su vez su solución, los problemas públicos son problemas retorcidos, cuando en la formulación del problema no se visualiza los criterios que establezcan la solución al problema planteado, es decir, son problemas sin una formulación definitiva, la solución habitualmente no es verdadera ni falsa, sino que es buena o mala.


Entre las características de estos problemas retorcidos, se encuentran los siguientes: “no existe una formulación definitiva de los problemas retorcidos”[5], la información que se requiere para comprender el horizonte interpretativo de los problemas depende de la idea que tenga el planificador de cómo solucionarlo, por lo que es este realiza un inventario exhaustivo de todas las posibles soluciones, es decir definir el problema va de la mano con encontrar la solución al problema.


Ahora bien, en el entendido que plantear un problema es plantear su solución, el problema no se podría definir y delimitar hasta que se encuentre la solución a este, por lo cual la construcción y formulación de un problema retorcidos es para estos autores el problema de la planificación pública, “encontrar el problema es entonces lo misma cosa que encontrar la solución, el problema no puede definirse hasta que se haya encontrado la solución[6]”.


A su vez los problemas retorcidos carece de reglas que determinan su término, al ser los procesos sociales sistemas abiertos e interdependientes, y ante la dificultad de encontrar las redes causales para llegar a la solución del problema, el planificador siempre tratara de hacer lo mejor que pueda, es decir, ante condiciones objetivas como es el dinero, el tiempo y su relación con condiciones subjetivas como es la paciencia de quien ordena la elaboración de políticas y programas públicos, el planificador no siempre recurre a la lógica para formular los problemas públicos.


Las soluciones de los problemas retorcidos no son falsos o verdaderos sino que son adjetivados como buenos o malos, es decir, en los problemas de planeación enredados, no existen respuestas verdaderas o falsas, sino que muchas ocasiones obedecen a interese personales, de grupo, valores y inclinaciones ideológicas.


No existe una prueba última o inmediata para una solución a un problema retorcido “con los problemas enredados cualquier solución, después de ser puesta en práctica, generaran oleada de consecuencias que tendrán efecto definitivo en un largo tiempo”[7], la implementación de una solución a un problema retorcido desencadenara consecuencias no previsibles a corto plazo.


En este orden de ideas, también todo problema retorcido puede ser considerado síntoma de otro, las causas de un problema pueden ser síntoma de otro problema de mayor envergadura, esto puede conducir al dilema de atacar una causa de un problema que no es trascedente en un problemática de fondo, esto puede desencadenar imprevistamente que el resultado del problema planteado no se esté abordando el núcleo de una problemática central y decisiva para la vida pública.


Ahora, explicaré porque el programa nacional de escuela segura es un problema retorcido.

El programa nacional de escuela segura del gobierno de Felipe Calderón como un problema retorcido.

En el sexenio del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, los ejes centrales en torno de los cuales se ha articulado la política pública de este país, es el tema de la seguridad pública(inseguridad pública), ejemplo de esto es la construcción de programas como el programa nacional de seguridad pública (2008-2012), la estrategia nacional de prevención al delito y el combate a la delincuencia, asimismo el tema de seguridad es un de los ejes principales del plannacional de desarrollo 2007-2012.


El programa escuela segura fue pensado como un mecanismo de intervención del gobierno para controlar y gestionar, el problema de la violencia escolar no sólo dentro de esta sino que a su vez se pensó en el contexto externo de las escuelas públicas, es decir, lo que ocurre fuera de la escuela.


Sin embargo, la perspectiva de generación de violencia escolar es identificada con la noción de violencia producida por el crimen organizado, el narcotráfico y la delincuencia, es decir, el tema de seguridad publica y combate al crimen organizado se convierten en el objetivo central de este programa de política educativa, como bien lo dice Alfredo Furlam y Miguel Angel Pasillas, en su ponencia titulada “ El ‘Programa Escuela Segura’ y la violencia en la escuela”, presentada en el IX congreso nacional de investigación educativa , “cuando en este Programa se piensa en los efectos que tienen los entornos comunitario y social, fundamentalmente se piensa en esa violencia social derivada del crimen, narcotráfico y delincuencia organizada” [8].

En efecto, el concepto central de esta iniciativa es asimilar toda violencia escolar como violencia derivada del crimen organizado, el narcotráfico, y la delincuencia dejando de lado otro tipo de violencia como es el Bullying, la violencia psicológica y emocional entre los niños, adolescentes y jóvenes de las escuelas públicas, la violencia en la relación docente y alumno(acoso sexual), la violencia de la que es objetos los alumnos cuando coexisten en unidades familiares conflictivas, por lo tanto el error que tiene esta propuesta es centralizar in extremis la violencia del crimen organizado como la violencia exclusiva y única que afecta por excelencia el medio ambiente escolar.

Otro problema que ha tenido este programa ha sido la desarticulación entre los consejos de participación social y el programa de escuela segura, según Úrsula Zurita Rivera, entre los motivos que han llevado a esta desarticulación se encuentran por el lado de los consejos de participación social, su desarrollo accidentado, que ha generado muchas duda alrededor de su instauración y puesta en práctica, esto se entiende en el contexto de la ausencia de una política pública de participación social en México, así mismo por la existencia de “la confusión respecto a las múltiples modalidades de participación existentes en las escuelas y la compleja naturaleza de la participación acentuada por el abigarrado diseño institucional de las escuelas públicas de nivel básica”[9].


En síntesis, el programa escuela segura esta diseñado institucionalmente para atacar un tipo de violencia que puede devenir en violencia escolar, o ser impulsada por formas de criminalidad dentro y fuera de las escuelas públicas, es decir pude potenciar la formación de la violencia escolar, sin embargo esta no es el tema central de la propuesta.


Este programa ante las condiciones y expresiones de violencia que se están generando en las escuelas públicas del país, responde a estas condiciones conflictivas, implementado por parte de los tres niveles de gobierno(federal, municipal, local) medidas restrictivas de control y disciplina, como son las acciones de revisión de mochila, instalación de cámaras de vigilancia, la presencia de policías y autoridades escolares para vigilar las entradas y salida de los alumnos, entre otros mecanismos de control, sin embargo debería reflexionarse que tan eficiente son estas medidas restrictivas de control, puesto que más que atacar las causas de la violencia escolar podría fomentar la perpetuación de representaciones y arquetipos, que generalizan e identifiquen cualquier tipo de violencia ocurrida dentro de las escuelas y fuera de ellas como violencia generada por la violencia del crimen organizado.


Así mismo, ubicar las causas de la violencia escolar en el crimen organizado, el consumo de drogas, y la delincuencia trae consigo dejar de lado otro tipos de causas que ayuden a explicar el problema de la violencia escolar como son problemas sociales, como es la pobreza, la discriminación, la exclusión social, la desigualdad económica, los procesos migratorios, el desempleo, que provocan una situación de vulnerabilidad y riesgo en una amplio margen de la población en México.


Ahora bien, en este contexto cabe responder a la pregunta: ¿por qué se puede considerar a este programa de educación como un problema retorcido?


En primer lugar, la formulación del problema de la violencia escolar y de la construcción de un ambiente escolar seguro que fomente el aprovechamiento escolar, por parte de los planificadores de la política educativa del presidente Felipe Calderón, encuentra su solución en la implementación de medidas de control y vigilancia de los alumnos, como son la revisión de mochilas, la instalación de cámaras de seguridad en los alrededores de las escuelas públicas de educación básica, los controles internos que llevan a cabo las autoridades escolares, la implantación en los libros de textos gratuitos temas sobre violencia, uso de drogas, crimen organizado, narcotráfico, así como platicas por parte de de maestros y expertos a los alumnos sobre los efectos de uso de las drogas y la violencia.


Sin embargo, deja de lado la violencia emocional, psicológica y verbal entre los alumnos, como una causa muy trascendente de la violencia escolar, identificando como la principal causa de esta, la violencia derivado del crimen organizado y el consumo de drogas, por lo cual desde el punto de vista de la idea que tuvo el planificador, la cosmovisiones impuestas desde la política central del gobierno de Calderón centrándose en el tema de seguridad pública y la información y los recursos que poseía para la construcción de este programa, esto desencadenó que el planificador identificara como causa principal de la violencia escolar las formas delictivas derivadas del crimen organizado y el tráfico y consumo de drogas, dejan de lado otros factores como el ambiente conflictivo de las familias de los alumnos, su situación de vulnerabilidad de su familia, como es la pobreza, el desempleo, exclusión, la violencia de genero, los procesos migratorios que coadyuven a la formación de expresiones de violencia escolar.


Al definir el problema de la violencia escolarque aborda el programa nacional de escuela segura, a la vez se formula la solución, pero como toda formulación de problemas retorcidos la solución no es definitivo, este programa abre la puerta a otro tipo de problemas, como son la reproducción de estereotipos y representaciones sobre la violencia y el uso de drogas, que los alumnos interiorizan en su acervo de conocimientos privados y se consolida en el acervo de saberes comunitarios, este estereotipo consiste en considerar a los jóvenes como sujetos vinculados cualquier tipo de formas de criminalidad y uso de drogas y expresiones de violencia.


Es decir se generaliza la figura de los jóvenes, niños y adolescentes como violentos, criminales y consumidores de sustancias adictivas, es decir, se criminaliza la condición de ser joven por el hecho de asociarlo con la violencia del crimen organizado y del consumo de drogas.


Ahora bien, el proceso de formulación del programa escuela segura, al carecer de reglas y ante la dificultad de encontrar cadenas causales en el sistema abierto e interdependientes de los procesos sociales, llevan a pensar que la construcción de las política sociales en México, no obedecen a criterios lógicos, sino a criterios externos como es la cantidad de los recursos que se dispone, el tiempo que se contó para elaborar dicha política, la paciencia que se tuvo, nos lleva a pensar que los criterios lógicos en su formulación no tuvieron mucha cabida.


Este programa público de planeación, tal parece que presenta formas lógicas y respuestas verdaderas o falsas, sino que su instauración y aplicación es adjetivada como buena o mala, de acuerdo al discurso del gobierno de Felipe Calderón, la implementación de esta política pública, es “buena”, porque ayuda al combate del crimen organizado, del uso y consumo de drogas, concentrándose en los niños, adolescentes y jóvenes como nicho de los “criminales”, esta solución que se propone no es concebida desde una dicotomía lógica de verdadero o falso, sino desde una adjetivación moral de buena o mala, moralizando la acción del gobierno y la construcción de políticas sociales.


Como todo problema retorcido, el programa nacional de escuela segura, en las causas que identifica, de la violencia escolar esta a su vez es síntoma de otros problemas de mayor envergadura, como son la pobreza, la desigualdad, la situación de vulnerabilidad de personas por causas del desempleo, la exclusión, que generan expresiones de violencia escolar, esta falsa identificación de las causas de la identificación de los síntomas de la violencia escolar como violencia derivada del crimen organizado, conlleva al problema del incrementalismo inherente a todo problema retorcido, es decir, al atacar causas secundarias y proponer soluciones pequeñas y restrictivas, se están dejando de lado causas más profundas que lo único que hace esta exclusión de causas es fomentar la profundidad y complejidad del problema planteado.

Bibliografía.

Aguilar Villanueva, Luis Fernando. Problemas públicos y agenda de gobierno. Editorial Miguel Ángel Porrúa. México. 1995
Furlan, A. M. y Pasillas, M. A. (2007). “El ‘Programa Escuela Segura’ y la violencia en la escuela”, Memoria electrónica del IX Congreso Nacional de Investigación Educativa,
México: COMIE (en http://www.comie.org.mx/congreso/memoria/v9/
ponencias/at16/PRE1178904373.pdf)

Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, Secretaría de Educación Pública. (2010b). Acuerdo Secretarial número 557 por el que se emiten las Reglas de Operación del Programa Escuela Segura.
Úrsula Zurita Rivera. La violencia en las escuelas: limitaciones y desafíos del programa escuela segura.


Notas al pie de página


[1] Furlan, A. M. y Pasillas, M. A. (2007). “El ‘Programa Escuela Segura’ y la violencia en la
escuela”, Memoria electrónica del IX Congreso Nacional de Investigación Educativa,
México: COMIE (en http://www.comie.org.mx/congreso/memoria/v9/
ponencias/at16/PRE1178904373.pdf)


[2] Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, Secretaría de Educación Pública. (2010b). Acuerdo Secretarial número 557 por el que se emiten las Reglas de Operación del Programa Escuela Segura. Página 3

[3] Ibídem. Página 5
[4] Aguilar Villanueva, Luis Fernando. Problemas públicos y agenda de gobierno. Editorial Miguel Ángel Porrúa. México. 1995 Página 170
[5] Ibídem. 172
[6] Ibídem. Página 173
[7] Ibídem. Página 176
[8] Furlan, A. M. y Pasillas, M. A. (2007). “El ‘Programa Escuela Segura’ y la violencia en la
escuela”, Memoria electrónica del IX Congreso Nacional de Investigación Educativa,
México: COMIE (en http://www.comie.org.mx/congreso/memoria/v9/
ponencias/at16/PRE1178904373.pdf)


[9] Úrsula Zurita Rivera. La violencia en las escuelas: limitaciones y desafíos del programa escuela segura. Página 7

viernes, 2 de diciembre de 2011

Se firmó el acuerdo de coordinación de Escuela Segura



El momento de la firma del acuerdo de coordinación del programa escuela segura, en el 2008, es manifiesta la retorica del gobierno federal entre la relación violencia escolar y violencia del crimen organizado.

Entrevista al Coord. Nac. del Programa Escuela Segura



Esta entrevista nos proporciona un panarama general de la perspectiva que tiene el gobierno federal sobre los mecanismos de ejecución, la cobertura, la gestión y el rol de los consejos de participación social, las medidas para enfrentar la violencia escolar para construir un ambiente escolar libre de violencia, en el cual el aprovechamiento escolar se lleve a cabo integralmente.

Testimonios de profesores y coordinadores del Programa Escuela Segura (2...



Este video presenta una la vision del problema de la violencia escolar, que combate el PES, desde la perspectiva de los docentes, sin embargo las mecanismos de ejecucion del programa se concentran en medidas restricitivas de control de las conductas de los estudiantes y le deja un papael secundario a los contenidos de talleres, libros de textos, platicas de especialistas y maestros a los estudiantes sobre temas de adiciones, violencia y delicuencia.